Para hacer funcionar la muela, se utilizaba un animal, como un burro, una mula, un caballo o un buey, a menudo con los ojos vendados. El animal caminaba alrededor del recipiente y transmitía el movimiento a la muela, permitiendo así moler las aceitunas. Este método de funcionamiento era típico de las comunidades rurales y representaba la imagen tradicional de la molienda, transmitida a través de cuentos, historia e iconografía.
Con el transcurso de los siglos, la tracción animal fue reemplazada por tecnologías más modernas, como el acero y la electricidad. Las muelas fueron accionadas por motores, que proporcionaban una mayor uniformidad y continuidad en el proceso. La molienda duraba aproximadamente media hora, durante la cual podía procesarse una cantidad limitada de aceitunas.
Los modernos trituradores de martillos de acero permiten un procesamiento más rápido y una mayor calidad del producto, lo que demuestra el desarrollo de la tecnología y de las técnicas empleadas en la producción de aceite de oliva.